Ya no es 9 horas de viaje como antes. Sin duda que la
carretera e incluso las trochas han mejorado. Pero sigue siendo pesado el viaje
y pese a que la camioneta “Blanquita Guerrera” tiene calefacción el frio del
camino se siente.
Cuatro años después volví al anexo de Chaiña, hermoso lugar
que es un anexo del distrito de Cayarani en la provincia de Condesuyos. Para
llegar a Chaiña, partimos a la media
noche y tuvimos que pasar por Imata, Condoroma, bordear la mina Tintaya, cruzar
la ciudad de Espinar (Cusco), luego arribar a Velille donde desayunamos, luego
Esquina, Pulpera y finalmente Cayarani ya en territorio de la región de
Arequipa.
Anteriormente de Cayarani a Chaiña se llegaba en dos horas
de viaje y ahora es un poco más de una hora. Algunas cosas han cambiado, tanto
así que después de pasar por un lugar llamado
Visca Visca, hay un desvío que lleva a Chaiña y nos estábamos pasando
hasta que nos encontramos con la Unidad
de Rescate de Alta Montaña de la Policía Nacional, ellos también se dirigían a
Chaiña hacer labor social, es así que junto llegamos y fueron los niños los más
favorecidos.
Yachay como siempre con lo suyo. Organizamos el material
deporte para desarrollar el mini atletismo, Jorge Gonzales y Simón Gonzales,
fueron los que me ayudaron. Los cerca de 20 menores tomaron parte, corrieron en
zigzag, saltaron, lanzaron, gritaron, rieron en sí la pasaron bien y fueron felices. Luego los amigos de la
Policía Nacional hicieron lo suyo, bailaron y cantaron con los más pequeños.
Tras esto ordenamos a los niños y a tomar el chocolate y los
pequeños panetones, el clima era bueno, había un sol radiante pero había un vientecito helado. Luego lo más
importante para ellos los juguetes, sí ese tan esperado artefacto y estuvieron
muy contentos porque recibieron por partida doble, por Yachay y por los
efectivos de la PNP.
Nosotros los de Yachasunchis Pukllasunchis, también unas
bolsas con víveres que podrían simbolizar las famosas canastas de Navidad.
Estas contenían, arroz, azúcar, fideo, avena, lecha, aceite, galletas dulces. Y
Finalizamos con la entrega de ropita.
Esa fue nuestra jornada, nuestro
encuentro en Chaiña después de largos cuatro años. Iván Contreras, Jorge
Gonzales, Simón Gonzales y yo nos fuimos llenos de alegría de con el objetivo
de llevar una sonrisa a los niños.