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jueves, 20 de diciembre de 2018

La Nochebuena en Huaytapalca


Yum Pío tiene solo 2 años y ya corre. Sube la pendiente de un pequeño cerro en cuya superficie se levanta el colegio 40620 de Huaytapalca, un lejano caserío del anexo de Tolconi del distro de Chachas, en la provincia de Castilla.  
Yum Pío con sus manitos y rostro cuarteado por el gélido frío, que en invierno llega a 12 grados bajo cero, mira curioso a los visitantes que acaban de llegar. 
No pasan más de 5 minutos y, como él, 25 menores entre 2 a 12 años de la institución se acercan alegres y cantando.  
“Ay way yanaphaway ay way achuykamuy, chayamusunchis cusispa,  chayamusunchis tususpa”, voz quechua que dice: Ay, ayúdame. Ay, acércate. Llegaremos alegres, llegaremos bailando. 
Y es que los pequeños saben que los visitantes traen un granito de ayuda para aliviar su crítica pobreza.  Y no dejan de tener razón, pues los visitantes son integrantes de la Asociación Yachasunchis Pukllasunchis (aprendiendo jugando), que llegaron hasta el lugar para llevarles un pedacito de felicidad, un pedacito de Navidad.  
JUEGOS  
De inmediato comienza la operación "Feliz Navidad". Los pequeños son organizados en dos grupos para jugar. Una suerte de competiciones que consiste en saltar vallas, esquivar obstáculos y trabajar en grupo deja ver el compañerismo entre los menores. María Soledad (12) y Luz Clarita (12) son las líderes y dejan de ser estudiantes que cursan sexto de primaria y se convierten en las más arduas competidoras que no dejan quitarse un solo punto. Luego de casi 40 minutos, los menores ríen, corren, se caen, disfrutan y se olvidan de su situación.  
COMPARTIR 
Paralelamente, un grupo de la asociación alista los regalos en un salón de la institución. Un Papá Noel trata de cargar todos los obsequios de los menores en su bolsa roja. Uno a uno, los pequeños después de una hora de juego, ingresan al salón. En un cuarto contiguo, Santa espera que los niños deseen verlo. "Papa Noeeel, Papa, Noeeeel, Papa Noeeeeeeel", gritan los pequeños, y Santa sale. 
Se sorprenden, no pueden creer que el señor ataviado con miles de regalos que reparte en todo el mundo los vaya a visitar. La sorpresa de Yhadhira (4 años) es tal que derrama lágrimas mientras Santa le entrega un par de botas y una muñeca. Los pequeños son felices, pero aún tienen necesidades.  
CRUDA REALIDAD 
Los niños de Huaytapalca duermen en un albergue pues los módulos (viviendas provisionales) donde están sus padres quedan a más de 5 horas del colegio. Tres semanas estudian y 7 días ven a sus progenitores. Además, los 25 menores tienen desnutrición, el programa social Qali Warma solo les provee alimentos (arroz y fideos) por 5 días. Por ello, los menores enviaron cartas al nuevo gobernador regional, Élmer Cáceres, para que no se olvide de ellos y sus necesidades. Ellos quieren que Cáceres los visite y pueda cambiar su cruda realidad.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

25 NIÑOS EN MEDIO DE LA NADA



Dayiro es un niño de tres años que a su corta edad aprendió a desprenderse de su mamá durante tres semanas y verla solo siete días al mes.
Igual que él, 24 niños entre 2 y 13 años del caserío de Huaytapalca, un pequeño poblado que pertenece al anexo de Tolconi del distrito Chachas, en la provincia de Castilla, en época escolar (de marzo a diciembre) se albergan en un excolegio con la misión de acudir a su plantel que se ubica a escasos metros del lugar donde duermen.
En Huaytapalca hay menos de 12 casas hechas a base de adobe, pero solo viven dos a tres familias. Durante el invierno (De mayo a agosto) las temperaturas descienden hasta 12 grados bajo cero, generando que los rostros, manos y pies de los niños estén rajados.
Este caserío se ubica a 4 mil 600 metros sobre el nivel del mar.
En el colegio número 40620 estudian los 25 niños, 9 en el nivel inicial y 16 en primaria. Este año, cuatro escolares mujeres terminan primaria. Una de ellas es María, de 12 años, que nos cuenta que tal vez se vaya a Majes, Caylloma, a terminar la secundaria.
 “Tengo familiares ahí, pero aún no estoy segura”, dice. Otra opción es estudiar en el colegio de Tolconi, ubicado a media hora en carro y a pie son tres horas. Este colegio fue creado hace 29 años.

MENOS 12 GRADOS
La profesora del nivel inicial, Jakeline Álvarez Lipa, fue contratada por el Ministerio de Educación (Minedu) en marzo de este año para enseñar a estos menores. Antes también enseñaba en otros colegios ubicados en las zonas más alejadas de la ciudad de Arequipa.
Cuenta que está esperando que llegue el 21 de diciembre (fin de año escolar), porque la temporada de lluvias ya está por empezar. “Las lluvias aquí son torrenciales, los pobladores me contaron que hace un año un rayo mató a un poblador”, precisó. Además de lluvia, también cae nieve y granizos. Y en mayo, junio y julio la nevada puede llegar a crecer hasta 60 centímetros, impidiendo que algún vehículo o moto transite por estas zonas.
Álvarez Lipa junto a Ítalo Gonzales, profesor del nivel primario, y la directora, Juana Huisacayna Pumayanqui, durante las tres semanas, no solo enseñan a los alumnos las lecciones que están en el Currículo Nacional, sino también los cuidan como sus padres, ya que están con ellos las 24 horas del día. En el albergue donde duermen los menores hay dos ambientes, uno para niñas y otro para los niños. Mientras que cada profesor debe alquilar un pequeño cuarto y pagar entre 30 a 40 soles al mes.
El docente Ítalo Gonzales dice que este año regresó al colegio a enseñar después de 12 años. "Mis niños me necesitan, además es tranquilo, a pesar de todas las necesidades que tenemos".
Gonzales explicó que ahora regresó como profesor nombrado.

NECESIDADES 
Maritza de 6 años nos cuenta que no conoce cómo es un televisor. "No conozco otros lugares que no sea el colegio o la estancia donde vive mi mamá", dice.
Estos menores tienen que soportar el frío pero sobre todo la indiferencia de las autoridades.
Aquí no hay una posta médica, y cuando se enferman los padres tienen que curarlos con yerbas medicinales.
"Gracias a Dios hasta ahora ningún niño se enfermó de gravedad (...) no sabríamos cómo salir de aquí", indica la profesora Jakeline.
El presidente de la Apafa, Macario Calachua, pidió a las autoridades renovar las camas donde duermen sus menores hijos porque ya están desgastadas. Incluso algunas se rompieron y tienen que dormir entre dos.
Las necesidades son muchas y dependerá de las nuevas autoridades mejorarlas.

Las cartas de los niños del caserío de Huaytapalca


Grace es una pequeña niña que apenas tiene 3 años. Su cuerpo todo este tiempo ha soportado el clima gélido que azota a los habitantes del caserío de Huaytapalca, un pequeño poblado que pertenece al anexo de Tolconi, en el distrito Chachas, provincia de Castilla.
Allí, en época de frío (de mayo a agosto), la temperatura desciende hasta 12 grados bajo cero. Es que Huaytapalca está ubicada a 4 mil 600 metros sobre el nivel del mar.
En su carita y manos aún hay rajaduras que le dejó el frío. El viento, la temperatura y el granizo han lacerado su cuerpo que permanece descubierto.
Pero eso no le quita las ganas de cantar “Ch'aska ñawi niñucha / ichhu patapi puñushan” (El niñito ojos de estrella/está durmiendo sobre el ichu). Sus compañeras del salón de inicial le siguen y entonan con mucha fuerza esta típica canción de Navidad en quechua.
Con esta alegría recibieron a los integrantes de la asociación Yachasunchis Pukllasunchis (aprendiendo jugando), quienes llegaron con un grano de ayuda y alegría a este lugar alejado, donde no ha llegado ninguno de los candidatos al gobierno regional, ni en primera, ni en segunda vuelta.
Tampoco lo hicieron los candidatos a la alcaldía provincial, consejeros, ni los candidatos al distrito de Chachas.  Huaytapalca está ubicado a 8 horas de Arequipa, a 10 horas de Aplao, capital de Castilla, y a media hora de Tolconi.

LUGAR INHOSPITO
En el caserío de Huaytapalca apenas hay una decena de viviendas y cuatro corrales de ganado, entre corderos, llamas y alpacas. Pero hace 29 años, a una buena persona se le ocurrió instalar un plantel, el número 40620 – Huaytapalca.
Y hace más de doce años, cuando cerró la mina Shila Paula, recibieron algunos camarotes y cuartos de madera.
Esto les sirvió para construir un albergue para los menores que tenían que recorrer caminos de hasta 5 horas a pie, solo con la finalidad de estudiar y triunfar en la vida.
Ahora son 25 niños albergados, con edades entre 5 y 12 años. Ellos permanecen bajo el cuidado de tres docentes desde que amanece hasta que duermen, y más.
El albergue les alivia largas caminatas. Vanessa (11), por ejemplo, llega desde la estancia  Huayta. Camina cinco horas para llegar a su colegio. Estudia la primaria. Y Anderson (12) lo hace desde la estancia Urumiri. Camina dos horas para estudiar y ser profesional. Lo bueno del albergue es que se quedan internados 3 semanas y una vuelven a casa al lado de sus padres y hermanos.

LAS CARTAS
A los niños de Huaytapalca se les ocurrió una idea: escribirle una carta al gobernador Élmer Cáceres Llica y pedirle ayuda. Ellos quieren triunfar, ser profesionales, pero saben que no será posible si no cuentan con más ayuda.
Ellos no le pidieron juguetes. Son niños grandes que por necesidad aprendieron a ser adultos a muy corta edad. Joel (12) le pidió ropa de abrigo para los niños y ancianos; Vanessa (11), una computadora para aprender más. Joel (11) quiere más alimentos, porque las raciones de Qali Warma solo son desayuno y almuerzo, pero les falta para la cena y para los sábados y domingos que se quedan albergados.
A Owen (8) le gustaría tener una pizarra inteligente o un cañón multimedia. Ha escuchado que otros colegios tienen ese aparato.
Bruno (11) quiere internet para aprender más. En Huaytapalca no hay internet ni señal de celulares, menos telefonía fija. De un puquio obtienen agua por gravedad y ya llegó la luz. Pero las tormentas la corta a cada rato y llega con una tensión muy baja. Prefieren no enchufar el refrigerador para no malograrlo. Es que los fluorescentes se quemaron luego que cayó un rayo cerca del albergue.
A Candelaria (11) le gustaría que les donen una movilidad escolar o motocicletas para sus padres.
Cuando ellos se enferman no hay quien los atienda. No hay médicos, enfermeros, ni medicinas. Ellos han aprendido a sanarse con hierbas. “Cuando me duele el estómago me dan un mate de chachacoma y si me da la gripe me frotan con ortiga”, nos cuenta.
A Luz (11) le gustaría que haya más aulas y mejorar el albergue. Sus camas están rotas y a veces comparten el camarote.
Mónica (12) quiere jugar en una losa de concreto y no en el canchón de tierra y piedras. Mariflor (6) quiere una posta y Josué (8) una televisión.
A Zenaida (7) le gustaría que construyan un puente, porque cuando llueve, se quedan aislados. No pueden cruzar el río para llegar a Huaytapalca o trasladarse hasta Tolconi. Es mucho pedirles que conozcan Arequipa. Viven en una zona muy alejada y no cuentan con los medios para pagar un pasaje.

SUEÑAN con CRECER
Al docente Ítalo Gonzales le gustaría que Cáceres Llica lea las cartas y los visite para que compruebe su realidad. “En sus cartas están sus sueños y su futuro”, sostiene.
Con mucho entusiasmo repartió unas hojas, lápices, lapiceros y plumones para que escribieran los pequeños.
Sabe que para que un niño, una familia o un pueblo progrese, la base es la educación. Y la educación no puede ser posible sin una buena alimentación.
“Felizmente los padres han entendido esto y saben que lo de Qali Warma no alcanza. En medio de su pobreza comparten su trigo, maíz, chuño, lo que está a su alcance”, indica.
Sin embargo, siempre falta; sobretodo azúcar y verduras, que los profesores traen desde Arequipa cada mes.

ANEMIA
En Huaytapalca los índices de anemia no han disminuido. A Yaritza (7) le gusta la comida que preparan las mamás por turnos. “Pero casi no me gusta la carne”, nos confiesa. Ella se ha acostumbrado a la comida de casa. Un poco de agua con algo de trigo y chuño. Un almuerzo que sin duda no los alimenta y no tiene hierro. Triste realidad.
Eso sí, en un compartir nos dieron una lección, no solo de humildad, también de respeto. Nos enseñaron que antes de ingerir los alimentos debemos orar y que no se habla con la boca llena. Eso dice mucho de su formación como personas.
Ahora sus esperanzas de ser mejores están puestas en Llica. Saben que ganó las elecciones y esperan que los ayuden a concretar sus sueños de triunfar en la vida.

lunes, 17 de diciembre de 2018

Navidad y necesidades en Huaytapalca (Full fotos)


“Nuestra escuelita está tan lejos y solo son 25 niños que nadie nos viene a visitar” Así se expresó la directora la institución educativa No 40620 del anexo de Huaytapalca, Juana Huisacayna Pumayanqui, ante Rómulo Leanderas Rodríguez, fundador y presidente de la Asociación Yachasunchis Pukllasunchis (Yachay).
Es así que Yachasunchis Pukllasunchis, llegó hasta Huaytapalca, que es un anexo del distrito de Chachas en la provincia de Castilla en la región Arequipa y que está sobre los 4600 msnm a un promedio de 7 horas de viaje.
Yachay que este 25 de diciembre cumple 12 años de fundación llegó hasta Huaytapalca el pasado jueves 13 de diciembre y desarrolló una serie de actividades.
Tras la presentación del equipo que llegó hasta el mencionado lugar, los pequeños realizaron un pequeño taller, por la cual redactaron sus cartas que están dirigido al electo presidente regional Elmer Cáceres Llica. Dentro los pedidos que hicieron los menores fueron: mejorar la insfraestructura del colegio, la construción del albergue, una loza deportiva, el tener constantemente alimentos especificamente verdudaras, además de contar con una carretera que llegue hasta Huaytapalca.
Tras esto los niños participaron en las elecciones para elegir a su alcalde, ganando la niña Vanesa Alcasihuincha Condori. Enseguida tomaron parte de una jornada de miniatletismo, donde se armo dos grupos para competir en lo relacionado a velocidad, salto y lanzamiento.
Tras esto los pequeños recibieron sus regalos por Navidad de la mano de Papá Noel, que consistió en un juguete y botas, además de ropa. Para finalizar con una chocolatada.
Los pequeños de Huaytapalca dentro las carencias que tienen es la falta de un adecuado material educativo (utiles escolares), así como las camas del improvisado albergue prácticamente ya están viajas y urge cambiarlos. Si bien es cierto reciben alimentos del Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, no es lo suficiente porque no se les entrega verdudaras y frutas, son los padres de familia y los profesores que hacen colectas para comprarlos cada 15 días.

Los integrantes de Yachasunchis Pukllasunchis, esperan volver para el inicio del año escolar en marzo.