Quiero escribir esta experiencia en primera persona. Quiero
dar las gracias a todas las personas que han apoyado en hacer realidad de
llevar alegría a los niños del anexo de Chincayllapa, en el distrito de Puyca,
en la provincia de La Unión en el departamento de Arequipa, un lugar que se
encuentra aproximadamente sobre 3900 metros sobre nivel de mar y a un poco más
de 12 horas de viaje de ida en camioneta, un recorrido total desde Arequipa de
898 kilómetros, entre asfaltado, afirmado y trocha.
Quiero agradecer a Juan Pablo Olivares Miranda, quien fue el
encargado de conducir al yachaymovil “la guerrera blanquita” y que después de
tiempo se incorporó a estas faenas; de la misma manera a Yvan Salcedo Llerena,
con quien hace un promedio de 10 años iniciamos Yachachasunchis Pukllasunchis y
que en esta oportunidad vuelve para hacer un largo viaje y a Wilfredo Dueñas
Parqui, que fue su primera experiencia en viajar llevando una gran alegría a
los pequeños.
Fue mi amigo Sergio Chamana López, quien se encargó de
buscar un nuevo lugar donde ir, con las características específicas que
requiere Yachasunchis Pukllasunchis, para poder ir a eso lugares. El escogido
fue el anexo de Chincayllapa, donde en la escuelita 40648, estudian 85 niños,
tanto en los niveles de inicial y primaria. Los primeros contactos se
desarrollaron hace un poco más de un mes con el profesor y director de la
escuelita Wilber Turpo Soncco, no era fácil comunicarme con él, puesto que no
hay comunicación telefónica de ningún tipo en Chincayllapa.
Tras las coordinaciones del caso y de recibir el apoyo de
muy buenas personas, se programó el viaje para las 8 de la noche del miércoles
20 de julio, pero en sí salimos al promediar las 10.30 la noche, es que muchos
de los que íbamos viajar aun teníamos que terminar nuestra labor en nuestros
centros de trabajo.
El viaje estuvo bien, tras tanquear a la camioneta iniciamos
el viaje. Ninguno de los cuatro (Juan Pablo, Yvan, Willy y yo) alguna vez había
viajado por esas zonas, es decir más allá de la capital de La Unión Cotahuasi.
Tras dejar pueblos como Corire, Aplao y Chuquibamba y al
promediar las 4.30 de la madrugada del jueves 21, cruzamos un puente (desconozco
el nombre) y en vez de ir por la derecha, fuimos por la izquierda no había una
clara señalización y todo era oscuro. Una hora y media después tras llegar a
una placita y preguntar a un policía, nos informaron que estábamos lejos de
nuestro destino, que teníamos que volver por dónde venimos y llegar hasta el
puente e ir por la derecha, nos encontrábamos en el pueblo de Yanaquihua.
Llegamos a las 10:30 de la mañana a Cotahuasi, tras
desayunar, preguntamos a que distancia estábamos de Puyca y de Chincayllapa,
nunca recibimos información exacta, en consecuencia, para no volvernos a perder
a cada momento parábamos y preguntábamos sí estábamos en el camino correcto.
Pensando que en los pueblos de más adelante encontraríamos petróleo no nos
abastecimos ni en Cotahuasi ni en Alca y conforme avanzábamos en tiempo y
distancia, comenzó a rondar la preocupación de si nos alcanzaría el petróleo.
Llegamos a Puyca al promediar las 1.45 de la tarde y es
cuando Willy Dueña, se da cuenta que una llanta estaba perdiendo aire, se
ponchó. Tras cambiar el neumático y confirmar que en Puyca no venden petróleo,
decidimos subir hasta Chincayllapa, al que llegamos a las 3.10 de la tarde.
Tras presentar ante los niños, profesores y padres de
familia que es Yachasunchis Pukllasunchis y lo que hacemos, inicianos nuestra
actividad de mini atletismo y después se procedió a entregar las botitas, ropa
de abrigo y conversar sobre la realidad educativa de los niños y visitar su
infraestructura que es deficiente.
Solo pudimos estar una hora en ese lugar, nuestras
actividades generalmente duran como mínimo de 3 a 4 horas, no lo pudimos hacer,
las clínicas de mini atletismo como queríamos, los talleres, el agasajo a los
pequeños, en fin. Urgía salir del lugar porque la carretera a nuestro juicio es
peligrosa y de noche aún más, además nos preocupaba encontrar petróleo. Pero de
pronto un padre de familia con un profeso, nos trajeron un poco de combustible
e iniciamos nuestra partida con destino a Arequipa eran las 4.20 de la tarde,
nos íbamos con la esperanza de volver y hacer las cosas al estilo Yachasunchis
Pukllasunchis, no sabemos cuándo, depende del apoyo que podamos conseguir. A
las 5 de la madrugada del 22 de julio estábamos entrando a Arequipa.
Atte.
ROMULO JESUS LEANDERAS RODRIGUEZ
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