Los niños después de la jornada en Salinas, muestran los juguetes que se les entregó. Se quedaron con la esperanza de volver llegar a los de Yachasunchis para la campaña escolar.
Por: Christian García Puma
Los niños de Salinas Huito me preguntan con la mirada, ¿qué haces aquí? Nacieron detrás del Pichu Pichu a casi tres interminables horas de viaje sobre una trocha bombardeada, pero por la forma como me observan, de tímidos no tienen nada.
Luego de la confianza con algunas palabras que les ofrezco después que izaran el Pabellón Nacional (porque hoy es lunes), todos los ojitos inquisidores empiezan a brillar y ahora muestran una expresión expectante. ¿Qué quieres hacer aquí?
Les explico el propósito de nuestra visita y estoy seguro que no lo entienden, quizá no les importa. Pero cuando les pido que a cambio de los regalos que les llevamos, sólo tienen que jugar, ya no preguntan nada, y sus miradas ahora inspiran dulzura y expresan curiosidad.
Accedí gustoso a la invitación de Rómulo Leanderas a principios de año, para integrar la Asociación Yachasunchis Pukllasunchis (Aprender Jugando), y siento que como a los pequeños de Salinas, con sus caritas agrietadas por el frío, tampoco me importa entender mucho porqué acepté.
Es muy simple, mi razón está en las decenas de rostros de niños del P.J. Los Portales de Chiguata, y esta mañana, en los rostros de 23 pequeños del nivel primario de la Institución Educativa Nº 40217 de la comunidad campesina Salinas Huito.
Una de las respuestas a ese mi porqué, se llama Milagros Chura Valero, una niña de 5 años con un gorrito tejido de lana que bien la protege de los vientos que aquí en Salinas soplan arena. Y aunque no lleva “moquitos” en sus narices como casi la mayoría de sus compañeritos, tiene esa mirada preguntona incluso mientras empezamos a jugar.
Tampoco mide más de un metro pero refleja mucho carácter, porque no se queja de los constantes empujones que recibe de Francis Quispe Zapana, mayor que ella en 12 meses y quien sólo sonríe después de sus travesuras.
Y a él decido “castigarlo”. Junto a otros niños a quienes les “explotó” mi gorro en las manos durante la dinámica de grupos “Tic-Tac ¡Bum!”. Francis ya está parado al centro y sólo me mira sin preguntarme nada.
-“¿Qué castigo les damos?”.
-“Que bailen”, “que canten”, “que digan una poesía”, responden algunos niños, mientras que por completo, yo ignoro que hacer.
-“Que cante Milagritos”, me salva una profesora y la saca del círculo de niños hacia mí.
-“¡Ya entonces, a la 1, a las 2 a las 3!”, y Milagritos empieza su interpretación casi imperceptible, porque sigo junto a ella y no la escucho pronunciar palabra alguna aunque estoy seguro que mueve los labios.
Otras niñas y algunos niños a su lado, tambien empiezan a cantar esta canción sin letra, hasta que los movimientos de sus boquitas, poco a poco, se convierten en discretos sonidos. Intento reconocer el tema y no puedo.
-“¿Qué cantas Milagritos?”.
-“Rosita Espinal”, me responde ella muy segura, con su voz infantil.
Yo sigo sin saber que canción es, pero adivino el compás y reconozco el ritmo cuando los niños emparejados, empiezan a bailar tomados de la mano, y los veo felices, contentos.
Luego de la confianza con algunas palabras que les ofrezco después que izaran el Pabellón Nacional (porque hoy es lunes), todos los ojitos inquisidores empiezan a brillar y ahora muestran una expresión expectante. ¿Qué quieres hacer aquí?
Les explico el propósito de nuestra visita y estoy seguro que no lo entienden, quizá no les importa. Pero cuando les pido que a cambio de los regalos que les llevamos, sólo tienen que jugar, ya no preguntan nada, y sus miradas ahora inspiran dulzura y expresan curiosidad.
Accedí gustoso a la invitación de Rómulo Leanderas a principios de año, para integrar la Asociación Yachasunchis Pukllasunchis (Aprender Jugando), y siento que como a los pequeños de Salinas, con sus caritas agrietadas por el frío, tampoco me importa entender mucho porqué acepté.
Es muy simple, mi razón está en las decenas de rostros de niños del P.J. Los Portales de Chiguata, y esta mañana, en los rostros de 23 pequeños del nivel primario de la Institución Educativa Nº 40217 de la comunidad campesina Salinas Huito.
Una de las respuestas a ese mi porqué, se llama Milagros Chura Valero, una niña de 5 años con un gorrito tejido de lana que bien la protege de los vientos que aquí en Salinas soplan arena. Y aunque no lleva “moquitos” en sus narices como casi la mayoría de sus compañeritos, tiene esa mirada preguntona incluso mientras empezamos a jugar.
Tampoco mide más de un metro pero refleja mucho carácter, porque no se queja de los constantes empujones que recibe de Francis Quispe Zapana, mayor que ella en 12 meses y quien sólo sonríe después de sus travesuras.
Y a él decido “castigarlo”. Junto a otros niños a quienes les “explotó” mi gorro en las manos durante la dinámica de grupos “Tic-Tac ¡Bum!”. Francis ya está parado al centro y sólo me mira sin preguntarme nada.
-“¿Qué castigo les damos?”.
-“Que bailen”, “que canten”, “que digan una poesía”, responden algunos niños, mientras que por completo, yo ignoro que hacer.
-“Que cante Milagritos”, me salva una profesora y la saca del círculo de niños hacia mí.
-“¡Ya entonces, a la 1, a las 2 a las 3!”, y Milagritos empieza su interpretación casi imperceptible, porque sigo junto a ella y no la escucho pronunciar palabra alguna aunque estoy seguro que mueve los labios.
Otras niñas y algunos niños a su lado, tambien empiezan a cantar esta canción sin letra, hasta que los movimientos de sus boquitas, poco a poco, se convierten en discretos sonidos. Intento reconocer el tema y no puedo.
-“¿Qué cantas Milagritos?”.
-“Rosita Espinal”, me responde ella muy segura, con su voz infantil.
Yo sigo sin saber que canción es, pero adivino el compás y reconozco el ritmo cuando los niños emparejados, empiezan a bailar tomados de la mano, y los veo felices, contentos.
De izquierda a derecha: Álvaro Machaca, Alan Mayta, Boris Alpaca, Wilder Huahuacondo, Rómulo Leanderas y Marco Antonio Gutiérrez, la madrugada del lunes 17 de diciembre, listos para el viaje San Juan de Tarucani y Salinas. Quién tomó la foto fue Christian García quien también viajó.
Los pequeños no pudieron disfrutar del tradicional chocolate, porque el alcalde de San Juan de Tarucani, Floro Choque, nunca apareció con la leche, azúcar y demás insumos, pese que los de Yachasunchis, entregaron todo eso con 4 días de anticipación. En Salinas los niños tomaron jugo; pero si gozaron de sus juguetes
Hasta en la fila los niños querían jugar con los presentes que les regaló la Asociación Yachasunchis Pukllasunchis.
Wilder Huahuacondo y Marco Antonio Gutiérrez, integrantes del programa deportivo Los Protagonistas de Radio Victoria, se sumaron a nuestra jornada y colaboraron aparte de entregar caramelos y algunos juguetes, ayudaron a repartir los jugos y biscochos.
Christian García (con los balones) y Borís Alpaca (al fondo) fueron los integrantes de Yachasunchis quienes estuvieron en la localidad de Salinas Huito.
-“Todos aplaudan”, digo sin ordenarlo y los niños me obedecen y ríen más, bailarines y espectadores.
La pequeña nena con su gorrito de lana y mirada preguntona, no cantaba un reggaeton de Daddy Yankee ni una cumbia del Grupo 5. Milagritos de Salinas, cada vez con mayor dulzura, cantaba un huayno de “Rosita de Espinar”, una artista cuzqueña de música folklórica que incluso tiene sus videos musicales en You Tube.
“…a mí corazón le debes dos mil 500 suspiros, si alguna vez lo has pagado, enséñame tu recibo, si alguna vez lo haz pagado, demuestrame tus papeles…”. Ignoro si Milagritos, a sus escasos 5 años, ya cuenta suspiros por algún amor de colegio no correspondido. “…acaso para que me quieras, te puse puñal al pecho, …acaso para que me ames, te puse puñal al pecho, que te costaba decirme, Rosita yo soy casado, cholita tengo mis hijos…”.
Tampoco podría decir si Milagritos ya conoce el significado del amor, pero sí me atrevo a vaticinarle un futuro romance con Francis, que agarrado de las manos de otra niña, baila mientras mira a la pequeña intérprete.
Y el pequeño Francis, con “moquitos” secos en sus fosas nasales, por el viento, baila sin vergüenza. Casi disfrutando su “castigo” al igual que sus amigos de carpeta, que ante la presencia de algunas niñas avergonzadas me pidieron bailar entre hombres. Por supuesto que les dije que sí. Era como una alegre baile familiar entre nuevas parejas de “compadritos”.
Por encargo de Rómulo, junto con Boris Alpaca me tocó coordinar la segunda actividad de Yachasunchis Pukllasunchis en este lugar que existe detrás del Pichu Pichu, en el distrito de San Juan de Tarucani. Salinas Huito es un pueblo con más de 150 comuneros que principalmente viven del trueque de la piel de vicuña que cuidan con devoción.
Pero no llegamos sólos, dos jovenes periodistas deportivos de Radio Victoria, del programa Los Protagonistas, Wilder Huahuacondo y Marco Antonio Gutiérrez, nos ayudaron en esta tarea de provocar un poco de risa y alegría entre los niños de Salinas, que viven sobre los 3 mil 800 metros sobre el nivel del mar. Mil 400 metros más que Arequipa. Y precisamente, Wilder y Marco se encargaban de jugar con los 19 adolescentes de secundaria.
-“Son más chicos en edad de colegio, casi todos estudian la primaria pero muchos ya no siguen la secundaria por falta de dinero, los papás prefieren que vayan a los campos a cuidar el ganadito”, explica don Francisco Valero, presidente electo de la APAFA del colegio, para el 2008.
El patio que alguna vez tuvo cemento, se había convertido en una fiesta. Los pequeños divididos en dos equipos olvidaron por un momento a Rosita de Espinar, o debo decir, a Milagritos de Salinas, y ahora hacían competencias con pelotas mientras que los mayores, empezaban un partido de voleybol.
Todos se divirtieron, incluso los profesores que observaban lo que hacíamos, y entonces empezó la distribución de los obsequios. No llevamos grandes regalos, pero sí nos hicimos presentes con algo. Los 12 niñitos del colegio de inicial de Salinas tambien recibieron paquetitos, e incluso dejamos obsequios para otros cinco más pequeñitos que llegaron en brazos de sus madres.
Aunque la elección de municipio escolar programada para esta mañana estaba retrasada, el director encargado del colegio, Samuel Aquino, nos dió unos minutos para hacer la despedida y agradecer a los niños, luego que tomaron sus jugos de naranja con bizcocho, (desde aquí mis saludos al alcalde de Tarucani que nunca llevó la chocolatada que le entregamos 4 días antes).
Prometimos volver antes que inicie el año escolar 2008 con mayor ayuda para sus estudios, y como respuesta, recibimos un insospechado aplauso. A estos niños queremos ayudar. Las miradas de los más pequeños ya no tenían preguntas. Ni siquiera la de Milagritos de Salinas, que estaba parada muy cerca del travieso Francis.
La pequeña nena con su gorrito de lana y mirada preguntona, no cantaba un reggaeton de Daddy Yankee ni una cumbia del Grupo 5. Milagritos de Salinas, cada vez con mayor dulzura, cantaba un huayno de “Rosita de Espinar”, una artista cuzqueña de música folklórica que incluso tiene sus videos musicales en You Tube.
“…a mí corazón le debes dos mil 500 suspiros, si alguna vez lo has pagado, enséñame tu recibo, si alguna vez lo haz pagado, demuestrame tus papeles…”. Ignoro si Milagritos, a sus escasos 5 años, ya cuenta suspiros por algún amor de colegio no correspondido. “…acaso para que me quieras, te puse puñal al pecho, …acaso para que me ames, te puse puñal al pecho, que te costaba decirme, Rosita yo soy casado, cholita tengo mis hijos…”.
Tampoco podría decir si Milagritos ya conoce el significado del amor, pero sí me atrevo a vaticinarle un futuro romance con Francis, que agarrado de las manos de otra niña, baila mientras mira a la pequeña intérprete.
Y el pequeño Francis, con “moquitos” secos en sus fosas nasales, por el viento, baila sin vergüenza. Casi disfrutando su “castigo” al igual que sus amigos de carpeta, que ante la presencia de algunas niñas avergonzadas me pidieron bailar entre hombres. Por supuesto que les dije que sí. Era como una alegre baile familiar entre nuevas parejas de “compadritos”.
Por encargo de Rómulo, junto con Boris Alpaca me tocó coordinar la segunda actividad de Yachasunchis Pukllasunchis en este lugar que existe detrás del Pichu Pichu, en el distrito de San Juan de Tarucani. Salinas Huito es un pueblo con más de 150 comuneros que principalmente viven del trueque de la piel de vicuña que cuidan con devoción.
Pero no llegamos sólos, dos jovenes periodistas deportivos de Radio Victoria, del programa Los Protagonistas, Wilder Huahuacondo y Marco Antonio Gutiérrez, nos ayudaron en esta tarea de provocar un poco de risa y alegría entre los niños de Salinas, que viven sobre los 3 mil 800 metros sobre el nivel del mar. Mil 400 metros más que Arequipa. Y precisamente, Wilder y Marco se encargaban de jugar con los 19 adolescentes de secundaria.
-“Son más chicos en edad de colegio, casi todos estudian la primaria pero muchos ya no siguen la secundaria por falta de dinero, los papás prefieren que vayan a los campos a cuidar el ganadito”, explica don Francisco Valero, presidente electo de la APAFA del colegio, para el 2008.
El patio que alguna vez tuvo cemento, se había convertido en una fiesta. Los pequeños divididos en dos equipos olvidaron por un momento a Rosita de Espinar, o debo decir, a Milagritos de Salinas, y ahora hacían competencias con pelotas mientras que los mayores, empezaban un partido de voleybol.
Todos se divirtieron, incluso los profesores que observaban lo que hacíamos, y entonces empezó la distribución de los obsequios. No llevamos grandes regalos, pero sí nos hicimos presentes con algo. Los 12 niñitos del colegio de inicial de Salinas tambien recibieron paquetitos, e incluso dejamos obsequios para otros cinco más pequeñitos que llegaron en brazos de sus madres.
Aunque la elección de municipio escolar programada para esta mañana estaba retrasada, el director encargado del colegio, Samuel Aquino, nos dió unos minutos para hacer la despedida y agradecer a los niños, luego que tomaron sus jugos de naranja con bizcocho, (desde aquí mis saludos al alcalde de Tarucani que nunca llevó la chocolatada que le entregamos 4 días antes).
Prometimos volver antes que inicie el año escolar 2008 con mayor ayuda para sus estudios, y como respuesta, recibimos un insospechado aplauso. A estos niños queremos ayudar. Las miradas de los más pequeños ya no tenían preguntas. Ni siquiera la de Milagritos de Salinas, que estaba parada muy cerca del travieso Francis.
Niños y jóvenes se mostraron muy participativos a la actividad que realizó la Asociación Yachasunchis Pukllasunchis y respondieron a las preguntas o adivinanzas que se formulaban. 
Juegos, recreativos, carreras y partidos de fulbito, fueron el deleite de los alumnos del colegio integral de Salinas Huito.
No solo fue deporte, los pequeños y adolescente también cantaron. Las canciones de la cantante Rosita de Espinar, esta de moda en Salinas Huito. 
Por segunda vez de lo que va el año, Yachasunchis Pukllasunchis llegó a Salinas Huito, el compromiso para el 2008 es llegar por lo menos una vez al mes. 
No solo cantaron, también se animaron a bailar. Un ambiente de fiesta se vivió en toda la comunidad educativa de Salinas Huito. 
Marco Antonio Gutiérrez, de Los Protagonistas de Radio Victoria, se dirigió a los pequeños y expresó los saludos de su programa y emisora. 
Como en todo juego hay siempre perdedores, bueno los que no tuvieron suerte tuvieron que hacer las “ranas”, uno, dos, tres, cuatro… 
Christian García Puma, fue el coordinador de la jornada en Salinas Huito, en la grafica dando los detalles de lo que iba ser la actividad por Navidad.
Antes de la jornada por la Navidad, se rindió honores al Pabellón Nacional, era lunes 17 de diciembre en Salinas Huito, que esta cerca de los 4 mil metros sobre nivel del mar y a más de tres horas de Arequipa.
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